lunes, 12 de septiembre de 2011

Foro Regional
Programa para México, por un país con Rumbo
Un Diálogo con la Sociedad Méxicana

De Mano con las Mujeres Priístas

Eje Temático: Por una Gobernabilidad Democrática y un Estado Social de Derecho.

Celebro y quiero agradecer la invitación a este espacio de reflexión, que tiene como objeto la construcción del “Programa para México, por un País con Rumbo, un Diálogo con la Sociedad Méxicana”, iniciativa de nuestro partido para construir la plataforma de país que la sociedad mexicana desea.

Y me motiva más que el lema escogido por el ONMPRI para identificar estos trabajos sea “De la mano de las mujeres priístas”, porque reafirma nuestra identidad y responsabilidad social y partidaria.

Pero pasemos a los temas de esta convocatoria.

En lo personal, y después de reflexionar sobre las preguntas de este eje temático, encuentro en que es necesario establecer un concepto, una premisa fundamental que sea el eje de cohesión en las acciones tendientes a fortalecer el ejercicio de una gobernabilidad democrática y el estado de derecho.

Cual es esta premisa? La Institucionalidad.

Debemos asegurar la institucionalidad para que el estado de derecho funcione, para que haya desarrollo económico, para que el estado actual del país mejore, para que sea el basamento ético sobre el cual se artícule la función pública, la tarea legislativa, el fortalecimiento de nuestra sociedad y sus capacidades, la seguridad ciudadana o la seguridad democrática o con democracia como exponen otros.

Como nunca, el Estado mexicano cuenta con un enorme andamiaje normativo. Desde nuestra ley fudamental hasta los cientos, quizá miles de reglamentos que se publican en cada uno de nuestros estados y que son, debieran ser, los ejes rectores de nuestra legalidad, los mexicanos contamos con herramiemntas de derecho que no son percibidas como tales.

 Nuestro reto esta entonces en que la institucionalidad permee el accionar de toda la actividad pública y su relación con los actores societales, para que el estado de derecho sea percibido como tal e incentive la promoción y la articulación de los derechos económicos, sociales y culturales.

Aunado a esto, debemos reflexionarnos como país. La realidad que vivimos los mexicanos nos obligan a reconocer que no es con asimetrias como se logra el desarrollo. Los problemas de seguridad, desempleo, campo, educación, entre otros, nos muestran con claridad que ya no puede suscribirse a espacios estatales la planeación y el desarrollo del país. Debemos pasar a una concepción más amplia del federalismo.

Es urgente pasar a un nuevo modelo de distribución de los recursos fiscales, para impulsar el desarrollo de entidades y regiones del país, como Zacatecas, que aportando riqueza como la minera no se refleja ésta en el mejoramiento de su calidad de vida. Propongamos un federalismo solidario y subsidiario como una de las reformas que pueden reducir la brecha de bienestar, que reduzca nuestras desigualdades, y no condene a regiones enteras de nuestra nación a ser habitadas por generaciones sin más oportunidad para la supervivencia que la migración o su ingreso a la delincuencia común o el crimen organizado.

Al tenor de estar reflexiones, quiero colocar dentro de la agenda del “Programa para México, por un País con Rumbo, un Diálogo con la Sociedad Méxicana”, las siguientes propuestas:

1.- Garantizar la institucionalidad como eje del ético y eficiente ejercicio del servicio público, haciendo efectivas las normas que inhiben la corrupción y propician la transparencia, para que los ciudadanos ejerzan de mejor manera sus derechos y obligaciones políticos, económicos y culturales.

2.- Impulsar un federalismo solidario y subsidiario, que corrija las desigualdades entre estados y regiones, y propicie un desarrollo más equilibrado del país. Ello debe llevarnos a modificar la forma en como se distribuyen los recursos fiscales y las medidas compensatorias que deben generarse a estados que constribuyen con una gran riqueza, como la minera, para que las expectativas de sus pobladores no este anclada a la vida útil de esta.

3.- Construir una política de seguridad ciudadana, que ponga el acento en el ataque a los factores que detonan el clima de descomposición social y, en consecuencia, el de la seguridad como la pobreza y marginalidad, desigualdad y exclusión, ordenamiento territorial, cohesión social, desarrollo cultural de la comunidad, mayores niveles de participación ciudadana, que genere desde otra perspectiva un pacto para trabajar por un México seguro y sin violencia, donde la iniciativa ciudadana no se vea inhibida por sus miedos, sino encuentre un campo de oportunidades.

Estas son las primeras, pero no únicas propuestas, convencida de que la democracia, su construcción y práctica es un proceso de responsabilidad compartida entre actores estatales y societales. Y que la realidad democrática en un país, y su gobernabilidad es el resultado tanto de las practicas internas como del carácter de las relaciones que mantienen entre sí la Sociedad Civil y la Sociedad Política.


C.P. YAZMIN BARRON ORTIZ
MAESTRANTE DE MARKETING POLITICO
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE DURANGO

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